El exembajador de EE.

UU. en Venezuela, James Story, afirmó que Washington está planeando “algo” en el país, aunque los detalles son inciertos.

La situación ha generado una profunda división en América Latina: mientras países como Trinidad y Tobago apoyan la ofensiva estadounidense, otros la ven con recelo.

El Gobierno venezolano ha calificado el despliegue como un “asedio criminal” y ha buscado reforzar sus alianzas, confirmando contactos con Rusia en medio de rumores sobre una solicitud de ayuda militar a Vladimir Putin. Esta escalada ha tenido consecuencias diplomáticas, como el aplazamiento de la Cumbre de las Américas, y ha generado temor en la región, afectando incluso a los pescadores de Trinidad y Tobago, que temen ser confundidos con narcotraficantes.