La frontera entre Israel y Líbano se ha convertido en un foco de alta tensión tras una serie de incursiones militares israelíes en territorio libanés y amenazas de nuevos ataques contra Hezbolá. La situación ha provocado una respuesta firme de Beirut y la intervención diplomática de Estados Unidos para evitar una escalada del conflicto. La tensión se intensificó después de que Israel amenazara con más ataques contra Hezbolá, en lo que representa un segundo frente potencial a la guerra en Gaza. Un incidente particularmente grave ocurrió cuando soldados israelíes cruzaron la frontera de facto, irrumpieron en la aldea libanesa de Blida y mataron a un trabajador municipal.
Como respuesta, el presidente libanés, Joseph Aoun, ordenó al ejército del país "enfrentar" y responder a cualquier futura incursión israelí.
En este contexto, Estados Unidos ha intervenido diplomáticamente, reprendiendo a Beirut y enviando a una delegada especial, Morgan Ortagus, para reunirse con líderes libaneses con el objetivo de reactivar el alto al fuego y establecer un nuevo mecanismo de vigilancia fronteriza. Por su parte, Hezbolá ha exigido una mayor presión internacional sobre Israel para que cumpla con los compromisos del cese al fuego, mientras mantiene un silencio estratégico y, según Israel, intenta reconstruir su capacidad militar.
En resumenLas renovadas incursiones militares de Israel y sus amenazas contra Hezbolá han escalado peligrosamente las tensiones en la frontera libanesa, provocando una respuesta militar de Beirut y urgentes esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos para prevenir un conflicto más amplio.