La amenaza también incluye la posible suspensión de la ayuda estadounidense al país africano. Esta postura de la administración Trump se enmarca en una creciente preocupación por la violencia religiosa y los conflictos entre comunidades en Nigeria. Sin embargo, la amenaza de una intervención militar directa es una medida drástica que podría tener profundas implicaciones para la estabilidad de la región y las relaciones entre Estados Unidos y las naciones africanas. La comunidad internacional observa con atención si estas advertencias se traducirán en acciones concretas o si forman parte de una estrategia de presión diplomática por parte de la Casa Blanca.