Al mismo tiempo, el monarca reiteró su llamado al diálogo con Argelia. Sin embargo, Argelia, que se negó a participar en la votación, se opone firmemente a la resolución, manteniendo su respaldo al Frente Polisario y su demanda de un referéndum de autodeterminación. Este respaldo de la ONU al plan marroquí consolida la posición de Rabat en el escenario internacional pero profundiza la división con su vecino, manteniendo el conflicto como un punto clave de inestabilidad en el Magreb.