La suspensión de los diálogos se produjo tras tres días de tensiones y acusaciones mutuas, sin lograr un acuerdo sobre los puntos clave que frenan la conciliación. El conflicto se intensificó hace tres semanas cuando Pakistán bombardeó Kabul con el objetivo de eliminar a líderes de los talibanes pakistaníes (TTP), un grupo independiente de los talibanes afganos que gobiernan en Kabul. El principal punto de discordia en las conversaciones fue la exigencia de Islamabad para que el régimen talibán afgano contenga al TTP y evite que utilice su territorio para lanzar ataques contra Pakistán. Por su parte, la delegación afgana rechazó rotundamente la posibilidad de permitir incursiones militares extranjeras en su territorio, lo que llevó las negociaciones a un punto muerto. Los mediadores de Turquía y Qatar ahora buscan retomar el diálogo para evitar una nueva escalada de violencia en la volátil frontera entre ambos países. La falta de un acuerdo mantiene la tensión en una región ya marcada por la inestabilidad y la presencia de grupos armados.