Su estrategia de "guerra" contra las bandas busca romper las redes criminales.

Como parte de esta ofensiva, ha propuesto que la isla Baltra, en Galápagos, pueda ser utilizada como base para combatir el tráfico de drogas, el contrabando de combustible y la pesca ilegal. Esta propuesta es controvertida, ya que la Constitución prohíbe bases militares extranjeras, por lo que los ecuatorianos decidirán en noviembre si aprueban o no esta medida.