La presión se intensifica debido a que, desde hace casi una semana, Hamás no ha devuelto ningún cuerpo, mientras las excavaciones en Gaza continúan. En este contexto, se ha permitido el ingreso de equipos de la Cruz Roja y de Egipto para ayudar en las labores de búsqueda. La crisis humanitaria persiste en lo que un artículo describe como “el infierno de Gaza”, aunque también destaca la existencia de “un oasis de solidaridad y esperanza” en lugares como el complejo de la Iglesia de la Sagrada Familia, donde un joven palestino de 20 años encontró refugio. La tensión en la región se ve agravada por la retórica de líderes como el escritor palestino Mohamed el Kurd, quien afirma que “el racismo antipalestino está normalizado en Occidente”, reflejando la profunda polarización que rodea el conflicto.