Esta presión militar se enmarca en las declaraciones del senador republicano Lindsey Graham, quien reveló que el presidente Donald Trump planea informar al Congreso sobre “posibles operaciones militares futuras contra Venezuela y Colombia” que podrían expandirse “del mar a la tierra” para combatir el narcotráfico. La situación ha generado reacciones en la región; el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ofreció como mediador para buscar “soluciones mutuamente aceptables” entre Washington y Caracas, defendiendo que América Latina debe ser una “región de paz”. Por su parte, el líder opositor venezolano Leopoldo López ha apoyado la idea de una intervención estadounidense para deponer a Maduro, a quien acusa de liderar el “Cartel de los Soles”.