Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sostuvieron su primer encuentro oficial, acordando iniciar negociaciones para resolver una disputa arancelaria y abriendo un canal de diálogo sobre la crisis en Venezuela. En una reunión calificada como “excelente” por el presidente Lula, ambos mandatarios acordaron en Kuala Lumpur, Malasia, reanudar las negociaciones comerciales para revisar los aranceles del 50% que la administración Trump impuso sobre productos brasileños como el café y la carne.
Según el canciller brasileño, Mauro Vieira, Trump se comprometió a instruir a su equipo para buscar una solución “muy rápidamente”.
Esta disputa se originó tras las sanciones de EE.
UU. contra autoridades brasileñas involucradas en el proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro, aliado de Trump.
El encuentro marca un giro en la relación, que había sido tensa por diferencias ideológicas.
Además de los asuntos comerciales, Lula se ofreció a actuar como mediador en la creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela. El mandatario brasileño defendió que América Latina debe mantenerse como “una región de paz” y se propuso como “interlocutor” para buscar soluciones aceptables entre Washington y Caracas. Esta oferta se produce en un contexto de alta presión militar estadounidense en el Caribe, justificada por Washington como una lucha contra el narcotráfico.
En resumenEl primer encuentro entre los presidentes Trump y Lula da Silva ha abierto la puerta a una distensión en las relaciones entre Estados Unidos y Brasil. Acordaron iniciar negociaciones inmediatas para resolver la disputa arancelaria, y Lula se ofreció como mediador en la crisis entre Estados Unidos y Venezuela, marcando un posible cambio en la dinámica geopolítica de la región.