La relación entre Venezuela y Estados Unidos atraviesa uno de sus momentos más críticos, marcado por un despliegue militar estadounidense en el Caribe, acusaciones de narcoterrorismo y acciones legales del gobierno de Nicolás Maduro contra la oposición. La escalada de hostilidades ha generado una alerta de seguridad en toda la región. El gobierno de Donald Trump ha intensificado su ofensiva contra el régimen de Maduro, a quien acusa de liderar el “Cartel de los Soles”. La Administración para el Control de Drogas (DEA) calificó a Venezuela como un “Estado narcoterrorista” que colabora con grupos como las FARC y el ELN para enviar cocaína a Estados Unidos. En respuesta a esta narrativa, el Pentágono ha desplegado una significativa fuerza naval en el Caribe, incluyendo el portaaviones USS Gerald R. Ford, y ha realizado ataques contra embarcaciones que, según Washington, son operadas por el Tren de Aragua.
Estos operativos han dejado al menos 43 muertos.
El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, aseguró que el país se prepara para “la peor amenaza en más de 100 años”.
El propio Maduro ha hecho llamados a la paz en un inglés improvisado, pero advirtió sobre una “insurrección armada nacional” ante una posible intervención. La tensión se ha visto reflejada en la prensa internacional, con medios alemanes como *Zeit Online* calificando a Trump de “psicoguerrero” por utilizar una retórica bélica. A nivel interno, el gobierno de Maduro ha tomado medidas enérgicas contra la oposición. Presentó un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia para retirarle la nacionalidad al líder opositor Leopoldo López, exiliado en España, acusándolo de “traición a la patria” y de llamar a una invasión militar extranjera.
En resumenLa creciente hostilidad entre Estados Unidos y Venezuela, manifestada en el despliegue militar en el Caribe y las duras acusaciones de narcoterrorismo, ha llevado la relación a un punto crítico. Mientras Washington justifica sus acciones como una lucha contra el crimen transnacional, Caracas denuncia una amenaza a su soberanía y responde con preparativos militares y acciones judiciales contra la oposición, creando un escenario de alta inestabilidad regional.