El presidente Petro ha respondido a estas presiones defendiendo su soberanía y su política de diálogo. A su vez, el líder chavista Diosdado Cabello ha salido en defensa de su homólogo colombiano, calificándolo como “el único presidente que combate el narcotráfico” en Colombia. Esta dinámica de apoyos y acusaciones cruzadas evidencia cómo la relación Bogotá-Caracas se ha convertido en un elemento central de la disputa geopolítica en Sudamérica, donde la política antidrogas de EE. UU. choca con las alianzas ideológicas de la nueva izquierda latinoamericana.