La medida se sumaría al arancel del 100% que Trump ya anunció sobre productos chinos.

A pesar de la escalada, el mandatario estadounidense aseguró tener una “excelente relación con el presidente Xi” y esperar “lograr un buen acuerdo”, aunque advirtió que habrá represalias si no se alcanza un consenso. La rivalidad tecnológica es un frente central en la disputa geopolítica.

Un informe del Congreso de EE. UU. reveló que en 2024 los principales fabricantes de equipos para semiconductores vendieron tecnología por más de 38.000 millones de dólares a empresas chinas, algunas consideradas amenazas a la seguridad nacional.

Mientras tanto, China redobla su apuesta industrial y tecnológica, consolidando su liderazgo en la robotización industrial, un área donde EE.

UU. y Europa intentan acortar la brecha.