En un discurso reciente, describió a Argentina como una nación “peleando por su vida” y afirmó que “están muriendo” económicamente.

Aunque matizó sus palabras diciendo que aprecia a Milei y que está haciendo “lo mejor que puede”, sus comentarios han generado debate. Algunos analistas los interpretan como una advertencia sobre la fragilidad de la economía argentina, mientras que otros lo ven como un respaldo a las drásticas medidas de ajuste que enfrenta el gobierno libertario. La situación pone de manifiesto la compleja relación entre ambos países, donde el apoyo financiero de EE. UU. parece condicionado a la implementación de políticas de austeridad, en un contexto de alta tensión social y económica en Argentina.