El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, admitió una falla de seguridad, declarando que el hecho da una “imagen deplorable de Francia”. El presidente Emmanuel Macron prometió que los responsables serían llevados ante la justicia.

Este incidente no es aislado; en los últimos meses se han registrado otros robos significativos en el Museo de Historia Natural de París y en un museo en Limoges. Las autoridades han iniciado una carrera contrarreloj para recuperar las piezas antes de que sean desmanteladas y vendidas en el mercado negro. El museo permaneció cerrado mientras avanzan las investigaciones, en un caso que recuerda el histórico robo de la Mona Lisa en 1911 y que obliga a Francia a revisar sus protocolos de seguridad patrimonial.