En un acto de protesta diplomática, el gobierno colombiano llamó a consultas a su embajador en Estados Unidos, Daniel García-Peña. Para intentar desescalar la crisis, se llevó a cabo una reunión en Bogotá entre el presidente Petro, el embajador García-Peña y el encargado de negocios de EE.

UU., John McNamara.

En dicho encuentro, calificado como “franco y constructivo”, Petro defendió su política antidrogas, destacando cifras récord de incautaciones y una reducción en el crecimiento de los cultivos ilícitos.

Por su parte, la delegación estadounidense aclaró que las decisiones sobre aranceles competen exclusivamente al presidente Trump. La crisis ha generado una profunda preocupación en los gremios empresariales colombianos, como AmCham y ASBAMA, que advierten sobre el riesgo para más de cinco millones de empleos y la estabilidad de las exportaciones. La disputa también está ligada a otros focos de tensión, como las operaciones militares estadounidenses en el Caribe y la relación de Colombia con el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.