En un comunicado emitido por su Ministerio de Asuntos Exteriores, Teherán declaró que “ya no está obligado por ninguna de las restricciones impuestas en materia de enriquecimiento de uranio o supervisión internacional”.

El gobierno iraní justificó su decisión argumentando que las potencias occidentales incumplieron sus compromisos al mantener sanciones económicas que afectaron gravemente al país.

La medida se produce en la fecha de expiración del acuerdo original, que ya se encontraba debilitado desde que Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, se retiró unilateralmente en 2018 y reimpuso duras sanciones. Desde entonces, Irán había estado retomando progresivamente sus actividades nucleares, superando los límites de enriquecimiento de uranio establecidos en el pacto.

El presidente iraní, Ebrahim Raisi, aseguró que “Irán no busca armas nucleares, pero no aceptará imposiciones extranjeras ni restricciones”. Esta declaración, aunque busca calmar los temores sobre una posible carrera armamentista, genera una profunda preocupación en la comunidad internacional, que ahora enfrenta el desafío de contener el programa nuclear iraní sin el marco regulatorio que ofrecía el JCPOA.