Las conversaciones, mediadas por Qatar y Turquía, se llevaron a cabo en Doha con el objetivo de establecer mecanismos para una paz duradera en la volátil región. La tensión había escalado peligrosamente después de que una tregua anterior de 48 horas expirara. Kabul acusó a Islamabad de violar dicha tregua con bombardeos aéreos en la provincia de Paktika que, según fuentes afganas, causaron la muerte de al menos diez civiles. Por su parte, Pakistán responsabiliza al gobierno talibán de albergar a militantes que perpetran ataques en su territorio, una acusación que Kabul rechaza.

Ambas naciones sostenían estar respondiendo a agresiones de la otra parte. La mediación de Qatar y Turquía fue crucial para sentar a las dos partes a la mesa de negociaciones. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar anunció el acuerdo, destacando que, además del cese de las hostilidades, se acordó “el establecimiento de mecanismos de consolidación de la paz y la estabilidad duraderas entre los dos países”. Se espera una reunión clave en Estambul el 25 de octubre para dar seguimiento a los compromisos adquiridos y avanzar en la estabilización de la frontera, una de las más conflictivas del mundo.