Maduro calificó el despliegue estadounidense como una “amenaza” y, aunque hizo un llamado a la paz diciendo “Not war, yes peace”, también aseguró que su país está preparado para defenderse.

La presencia de buques de guerra, el sobrevuelo de helicópteros de combate cerca de la costa venezolana y el despliegue de marines en Puerto Rico han sido interpretados por Caracas como el preludio de una intervención. Analistas de seguridad señalan que la situación actual se asemeja a preparativos de acciones militares vistas en otros conflictos, aunque una intervención terrestre a gran escala parece improbable.

En cambio, se especula sobre operaciones “quirúrgicas” para neutralizar a figuras clave del régimen.

En Washington, la posibilidad de una acción militar ha generado debate; un grupo de senadores demócratas y republicanos planea forzar una votación para prohibir un ataque terrestre sin la autorización del Congreso.