Las principales vías en provincias como Imbabura, Carchi, Pichincha y Loja siguen bloqueadas.

La situación se ha tornado violenta, con denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad, que han dejado heridos, arrestos y muertes.

Además, se han reportado ataques con explosivos en puentes y vehículos, acciones que buscan generar caos.

El gobierno ha respondido desplegando 5.000 soldados adicionales para despejar las rutas.

La división interna entre los líderes indígenas y sus bases complica la posibilidad de una solución negociada, y se corre el riesgo de una radicalización del conflicto si el gobierno no revierte la medida sobre el subsidio.