La controversia ha sido analizada desde diversas ópticas.

El coronel retirado Ángel Alberto Bellorín argumentó que el premio es una "venganza diplomática" de Noruega por la "traición" de Maduro al Acuerdo de Barbados, en el que el país nórdico actuó como mediador. En contraste, el Nobel de Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel cuestionó la elección, mientras que el expresidente colombiano Juan Manuel Santos la elogió, calificando a Machado como "valiente y perseverante". La propia Machado, exiliada desde hace más de un año, ha dedicado el premio al pueblo venezolano y ha agradecido el apoyo del presidente estadounidense Donald Trump. La situación evidencia cómo el prestigioso galardón se ha convertido en un catalizador de tensiones geopolíticas, poniendo en duda la neutralidad del premio y agudizando la polarización en torno a la crisis venezolana.