El nuevo líder, una voz crítica del régimen depuesto, anunció que encabezará un periodo de transición que podría durar hasta dos años, al término del cual se convocarán elecciones generales.

Las calles de la capital, Antananarivo, que habían sido escenario de intensas manifestaciones, estallaron en júbilo tras conocerse la caída de Rajoelina. El presidente del episcopado de Madagascar, monseñor Fabien Raharilamboniaina, advirtió sobre el riesgo de una guerra civil y llamó al diálogo para alcanzar la paz en medio de la inestabilidad.