El nuevo gabinete, con un perfil mayoritariamente técnico, nace bajo la amenaza inminente de mociones de censura por parte de la oposición de izquierda y de extrema derecha, evidenciando la fragilidad de su mandato. Tras la caída de su gobierno anterior, Macron volvió a nombrar a Lecornu, quien presentó un equipo que incluye a figuras del partido conservador Los Republicanos, las cuales fueron inmediatamente expulsadas de su colectividad por aceptar los cargos. Esta maniobra busca asegurar un apoyo parlamentario que le permita al Ejecutivo aprobar el presupuesto nacional para 2026, una tarea que ya provocó la caída de sus predecesores.

Sin embargo, la estrategia parece destinada al fracaso.

Tanto el partido de ultraderecha, Agrupación Nacional, como La Francia Insumisa, de extrema izquierda, anunciaron que presentarán mociones de censura este lunes 13 de octubre. La líder parlamentaria de La Francia Insumisa, Mathilde Panot, advirtió a los nuevos ministros: "No desempaquen muy rápido. La censura viene. Y la salida de Macron también". Esta situación deja al gobierno en una posición de extrema debilidad, en un parlamento fragmentado donde carece de mayoría absoluta, lo que augura una nueva etapa de inestabilidad y confrontación institucional.