Lecornu, un político de centroderecha, había dimitido el lunes tras solo 27 días en el cargo, al no lograr el respaldo necesario para su gabinete. Sin embargo, Macron lo ratificó el viernes, encomendándole nuevamente la tarea de formar un equipo de gobierno y encontrar una salida a la peor crisis política del país en décadas. El principal desafío de Lecornu será conseguir la aprobación del presupuesto de 2026 en una Asamblea Nacional fragmentada, donde los opositores ya preparan mociones de censura. La izquierda, que se siente excluida de las reuniones convocadas por Macron, ha manifestado su enojo, mientras que el partido Los Republicanos anunció que no participará en el nuevo gobierno. Lecornu ha prometido un gobierno "libre de los partidos" y centrado en la lucha contra la inseguridad, pero su segundo mandato nace en un ambiente de alta tensión y fragilidad, con la amenaza constante de ser derrocado por el parlamento.