Las Fuerzas Armadas de ambos países han intensificado su cooperación para enfrentar las amenazas comunes.

En una operación conjunta reciente, los ejércitos de Colombia y Ecuador lograron frustrar un posible ataque terrorista en el municipio de Cumbal, Nariño, y neutralizaron a un integrante de un grupo armado organizado que operaba en la zona. Esta acción se enmarca en los esfuerzos binacionales contra la extorsión y el secuestro.

Sin embargo, la permeabilidad de la frontera sigue facilitando las economías ilícitas. En la Amazonía ecuatoriana, las Fuerzas Armadas de Ecuador interceptaron una embarcación con doble fondo en el río Putumayo, donde hallaron más de 1.600 paquetes de droga y detuvieron a dos ciudadanos colombianos. Por su parte, el ministro de Defensa ecuatoriano, Gian Carlo Loffredo, ha afirmado que en la lucha contra el tráfico de combustible se enfrentan a “grupos armados tanto de Ecuador como de Colombia”, lo que subraya la naturaleza binacional del problema. Estas actividades criminales no solo representan un desafío para la seguridad, sino que también tienen implicaciones políticas, como las protestas en Ecuador por la eliminación de subsidios al combustible, medida que el gobierno justifica en parte por la necesidad de combatir este contrabando transfronterizo.