Las misiones afectadas se encuentran en regiones sensibles como Sudán del Sur, la República Democrática del Congo, Líbano, Kosovo, Chipre, la República Centroafricana, el Sahara Occidental, los Altos del Golán y Abyei. La ONU ha advertido que, aunque los recortes son inevitables para ajustar las operaciones al presupuesto disponible, la eficiencia de las misiones y la moral de las tropas podrían verse comprometidas. Esta situación evidencia el impacto de las decisiones presupuestarias de las grandes potencias en la arquitectura de la seguridad global.