Denuncian haber sido engañados y que, a pesar de haber cumplido sus contratos, el ejército ucraniano no les permite salir del país.

El embajador de Colombia en Reino Unido, Roy Barreras, ha calificado la situación como una «trampa mortal» y confirmó que se han reportado 51 colombianos fallecidos en territorio ucraniano. De manera similar, una investigación periodística reveló una red que recluta a soldados retirados colombianos para la guerra en Sudán. Engañados con ofertas de empleos de seguridad en Medio Oriente, son trasladados a bases militares sudanesas, reciben un breve entrenamiento y son integrados a unidades del ejército de ese país en frentes de batalla en Darfur y Kordofán. Testimonios de civiles sudaneses y de un excombatiente colombiano que logró escapar describen cómo estos mercenarios, que buscan un ingreso de hasta 3.000 dólares mensuales, terminan en una guerra que no comprenden, dejando en ocasiones «tumbas sin nombre» tras caer en combate. La familia de una joven paramédica de Casanare, Nanys Mayerly Rodríguez, denunció su desaparición en Ucrania desde el 15 de septiembre, evidenciando el alto riesgo y la falta de protección que enfrentan estos combatientes.