Aunque las operaciones se reanudaron, el suceso ha elevado la preocupación en Alemania y en toda la Unión Europea.

Las investigaciones apuntan a una posible conexión con Rusia, ya que se sospecha que los drones pudieron ser operados desde un carguero perteneciente a la llamada “flota fantasma” rusa.

Este episodio no es un hecho aislado.

En las últimas semanas, países miembros de la OTAN como Dinamarca, Polonia y Rumanía también han reportado incidentes similares. La situación ha llevado a los líderes europeos, reunidos en Copenhague, a debatir el refuerzo de las defensas del bloque, incluyendo la propuesta de un “muro antidrones”. El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió una postura “más agresiva” frente a Rusia, mientras que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ofreció la experiencia de su país para repeler estas amenazas. Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha negado las acusaciones, calificando la postura europea de “belicismo” e ironizando sobre las preocupaciones de la OTAN. Putin advirtió que Rusia responderá “rápidamente” si su país es provocado, aumentando la retórica de confrontación.