Esta postura representa un giro respecto al compromiso original de República Dominicana en 2023 de organizar una cumbre inclusiva. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, por su parte, calificó la decisión como “impuesta” por un Estados Unidos “cada vez más hostil”. La exclusión de estos tres países, que ya fue motivo de controversia en la cumbre anterior, revive el debate sobre la unidad y la representatividad del foro hemisférico, evidenciando las profundas divisiones ideológicas que persisten en el continente americano.