Esta decisión busca dotar a la misión de los recursos y el personal necesarios para enfrentar a las pandillas que controlan vastas zonas del territorio haitiano, cometiendo actos de violencia extrema y paralizando la vida del país. El embajador de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, manifestó que esta iniciativa “ofrece esperanza a Haití”, mientras que el presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, Laurent Saint-Cyr, celebró la decisión. La aprobación de esta fuerza de represión, junto con la autorización de una oficina de la ONU en el país para coordinar los esfuerzos, representa uno de los intentos más robustos de la comunidad internacional para restaurar la seguridad y la estabilidad en la nación.