El gobierno de EE.

UU. consideró estas declaraciones como “imprudentes e incendiarias”.

Como consecuencia, fueron cancelados los visados del ministro de Minas, Edwin Palma; el ministro de Igualdad, Juan Carlos Florián; y la directora del Dapre, Angie Rodríguez. En un gesto de respaldo, la canciller Rosa Villavicencio, el ministro de Hacienda, Germán Ávila, y la superintendente de Industria y Comercio, Cielo Rusinque, renunciaron a sus visas, argumentando que la “dignidad está por encima de cualquier privilegio”. El expresidente César Gaviria advirtió que estas acciones conducen al “aislamiento internacional” de Colombia. La situación se agrava por otros roces recientes, como la descertificación de Colombia en la lucha antidrogas y un informe del Departamento de Estado que degradó al país en su clasificación sobre el combate a la trata de personas, contradiciendo cifras del gobierno Petro.