Las protestas, motivadas por la eliminación del subsidio al diésel, han escalado en violencia, con denuncias cruzadas de represión estatal y emboscadas criminales. La Conaie denunció la muerte del comunero indígena Efraín Fuerez, de 46 años, en Cotacachi, provincia de Imbabura, presuntamente por un impacto de bala de las Fuerzas Armadas durante la represión de las manifestaciones. La organización indígena responsabilizó directamente al presidente Daniel Noboa y exigió una investigación inmediata, rechazando el “uso letal de la fuerza”.

Videos difundidos en redes sociales muestran a militares golpeando a un ciudadano que intentaba auxiliar a Fuerez, quien yacía en el suelo. Por su parte, el gobierno ecuatoriano, a través de la ministra Zaida Rovira, aseguró que lo ocurrido en Cotacachi “no fue protesta: fue una emboscada cobarde ejecutada por estructuras criminales-terroristas que atacaron a nuestras Fuerzas Armadas” mientras custodiaban un convoy con alimentos.

Según la versión oficial, en estos hechos doce militares resultaron heridos y diecisiete fueron retenidos por los manifestantes.

El detonante de la crisis fue la eliminación del subsidio al diésel, una medida que elevó su precio de 1,80 a 2,80 dólares por galón. Esta no es la primera vez que el movimiento indígena lidera protestas masivas por este motivo; en 2019 y 2022, lograron revertir intentos similares de los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso, respectivamente, en el marco de compromisos fiscales con el Fondo Monetario Internacional (FMI).