La única exención aplicará a las empresas que ya estén construyendo plantas de fabricación en el país.

Esta drástica medida se suma a un arancel del 25% sobre todos los camiones pesados fabricados en el extranjero, justificado por razones de «seguridad nacional», y tasas del 50% y 30% sobre gabinetes de cocina y muebles tapizados, respectivamente.

La decisión, calificada como la más severa desde la imposición de aranceles recíprocos en abril, ha generado una reacción inmediata en los mercados, afectando a gigantes farmacéuticos europeos como Novo Nordisk y AstraZeneca. Países como Suiza, Irlanda, Reino Unido y Singapur se perfilan como los más afectados por las nuevas barreras a los medicamentos.

La ofensiva arancelaria de Trump, dirigida a reducir el déficit comercial y reconstruir el sector manufacturero estadounidense, reaviva los temores de una escalada en la guerra comercial y una mayor inflación global.