En respuesta, el gobierno venezolano ha denunciado el despliegue como una “guerra no declarada” y ha iniciado entrenamientos de su Milicia Bolivariana, conformada por civiles. Estos ejercicios fueron objeto de burla por parte del presidente Trump, quien compartió un video con el mensaje sarcástico: “¡Una amenaza muy grave!”. En un intento por reducir la tensión, Maduro envió una carta a Trump proponiendo un “diálogo constructivo”, pero la Casa Blanca la desestimó, afirmando que contenía “muchas mentiras” y que el régimen de Maduro es “ilegítimo”. Además, Trump ha emitido un ultimátum a Venezuela para que acepte la devolución de prisioneros venezolanos desde Estados Unidos, a quienes calificó como “lo peor del mundo”.