La Fiscalía del condado de Utah, liderada por Jeff Gray, lo acusó de homicidio agravado y otros delitos, anunciando que buscará la pena capital. “El homicidio de Charlie Kirk es una tragedia estadounidense”, declaró Gray, detallando que se encontró ADN de Robinson en el gatillo del arma. Según los fiscales, el asesinato fue planeado con antelación, citando vigilancia en tejados, balas grabadas y una nota escrita donde el acusado habría expresado su intención de “eliminar” al activista por frustración ante el odio que percibía. El presidente Donald Trump ha intervenido en el debate, expresando sus intenciones de “castigar” a quienes celebren el asesinato o cuestionen las posturas de Kirk, lo que ha sido interpretado como una amenaza a la libertad de expresión consagrada en la Constitución estadounidense. El caso ha provocado una fuerte reacción en el espectro conservador, con homenajes planeados para Kirk en Florida y un llamado a la acción contra lo que consideran una escalada de violencia de la izquierda.