“No voy a arrodillar a la nación ni permitir que se golpee a los campesinos. No somos cipayos, no súbditos”, declaró, añadiendo que la política antidrogas de EE. UU. ha fracasado y que la causa del narcotráfico es la demanda en países consumidores. Como consecuencia, el ministro del Interior, Armando Benedetti, confirmó la orden presidencial de suspender la compra de armamento a Estados Unidos. La medida ha polarizado al país: once partidos de oposición rechazaron las declaraciones de Petro, manifestando su respeto por el gobierno estadounidense y pidiendo medidas más severas contra el narcotráfico. Alcaldes como Alejandro Eder de Cali y Federico Gutiérrez de Medellín expresaron su preocupación, señalando que la decisión “mancha el nombre de nuestro país”, aunque agradecieron que la cooperación con las autoridades locales se mantenga. Expertos y gremios económicos advierten sobre posibles impactos negativos en la inversión extranjera, el turismo y la confianza de los mercados.