Tique, quien trabajaba para la ONG Consejo Danés para Refugiados en una misión humanitaria, fue arrestado el 14 de septiembre de 2024 por la Dirección de Contrainteligencia Militar venezolana. Un mes después de su detención, el gobierno de Nicolás Maduro lo presentó como un “mercenario colombiano”, una acusación que, según su familia y la ONG, no ha sido respaldada con pruebas.

Durante este año, Tique ha permanecido recluido sin acceso a una defensa privada ni a los servicios consulares colombianos.

Su hermana, Diana Tique, denunció la falta de información como “devastadora”, afirmando: “No tenemos confirmación de dónde está ni por qué lo tienen detenido”.

El Consejo Danés para Refugiados ha mantenido un diálogo con la Cancillería de Colombia, pero los esfuerzos diplomáticos no han logrado un “avance significativo”. El caso de Tique no es aislado, ya que se estima que al menos otros 37 colombianos permanecen privados de la libertad en Venezuela bajo cargos similares de terrorismo o vínculos con grupos armados, lo que mantiene un punto de fricción en la relación bilateral.