El gobierno cubano atribuye los problemas a las sanciones de Estados Unidos, que, según afirman, provocan una “asfixia energética”.

Sin embargo, expertos independientes señalan una infrafinanciación crónica del sector, con ocho termoeléctricas obsoletas que operan con un déficit constante de inversión y mantenimiento. Los apagones se han vuelto una constante, con una duración promedio de entre 15 y 16 horas diarias en los últimos meses, lo que lastra la economía y atiza el malestar social, siendo un factor clave en las principales protestas registradas en la isla desde 2021.