La respuesta de Catar fue inmediata y contundente. Majed Al-Ansari, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, condenó “en los términos más enérgicos” el ataque, calificándolo como una “flagrante violación de todas las leyes y normas internacionales y una grave amenaza a la seguridad de los qataríes y los residentes de Qatar”. El comunicado oficial advirtió que el Estado del Golfo “no tolerará esta conducta imprudente de Israel” y anunció investigaciones de alto nivel.

Irán también se sumó a la condena, calificando la operación como una “acción extremadamente peligrosa y criminal”. La ofensiva en Doha subraya la disposición de Israel a actuar fuera de sus fronteras para eliminar a líderes de Hamás, una estrategia advertida días antes por el jefe del ejército israelí, Eyal Zamir.