El secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth, visitó el buque USS Iwo Jima y envió un mensaje contundente: “No es entrenamiento, es ejercicio real”.

Además, el senador Bernie Moreno advirtió directamente a Maduro que “debería dormir con los ojos abiertos”.

En respuesta, Venezuela ha calificado el despliegue como una “amenaza” y una agresión a su soberanía.

El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, anunció un “refuerzo especial” de 25.000 militares en cinco estados costeros para cerrar rutas del narcotráfico, declarando que “nadie va a venir a hacer el trabajo por nosotros”. La vicepresidenta Delcy Rodríguez señaló a Estados Unidos como “el centro mundial de lavado del narcotráfico”, sugiriendo que Washington debería resolver sus problemas internos. En medio de esta confrontación, el presidente Maduro ha recurrido a gestos simbólicos, como decretar el inicio de la Navidad el 1 de octubre, afirmando que “nadie en el mundo nos va a quitar el derecho a la felicidad”.