Estos casos evidencian los riesgos que asumen los voluntarios que se unen a las filas ucranianas en su conflicto con Rusia.

En la madrugada del viernes 6 de septiembre, Juan David Canchila, un joven oriundo de Planeta Rica, Córdoba, falleció tras ser impactado por un dron cargado de explosivos mientras combatía en Ucrania. Su muerte causó una profunda conmoción en su comunidad de origen, el corregimiento de Centro Alegre, donde era recordado por su disciplina y vocación de servicio. Este trágico suceso se suma al fallecimiento de Brayan de Jesús Barrios Solano, también de Córdoba, quien murió el 2 de septiembre en un ataque ruso en Kiev.

Ambos jóvenes habían viajado a Europa para unirse al ejército ucraniano en su defensa contra la invasión rusa.

La situación de los combatientes extranjeros es compleja; un artículo menciona una cita en una prisión ucraniana con mercenarios del bando ruso, uno de los cuales expresó: “Tengo suerte de estar vivo”. Las autoridades colombianas no han emitido mayores detalles sobre los procesos de repatriación de los cuerpos de los soldados fallecidos, mientras sus familias esperan gestiones diplomáticas.

Estos casos se enmarcan en un conflicto que continúa dejando un alto número de víctimas en ambos bandos y mantiene en vilo a la comunidad internacional.