El Kremlin ha descartado una cumbre inminente entre Vladimir Putin y Volodímir Zelenski, mientras los aliados occidentales debaten el tipo de garantías de seguridad que podrían ofrecer a Kiev en un eventual acuerdo posbélico. En una de las ofensivas más intensas de los últimos meses, Rusia lanzó cerca de 600 drones y 40 misiles balísticos y de crucero contra objetivos en toda Ucrania, incluyendo una fábrica de propiedad estadounidense en el oeste del país. Esta escalada militar coincide con un momento de estancamiento diplomático, a pesar de la reciente cumbre en Alaska entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin, y una posterior reunión en Washington con Zelenski y líderes europeos.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, declaró enfáticamente que “no hay ninguna reunión prevista” entre los mandatarios, argumentando que “la agenda no está lista”. Moscú acusa a Kiev de bloquear el avance al negarse a discutir temas clave como la no incorporación de Ucrania a la OTAN y asuntos territoriales.
Por su parte, el presidente Zelenski ha denunciado que Rusia “evita” el encuentro para prolongar la guerra mientras continúa con sus “ataques masivos”.
En este contexto, los jefes de defensa de Estados Unidos y varios países europeos trabajan en el diseño de un marco de garantías de seguridad posbélico para Ucrania, que Washington estaría dispuesto a respaldar sin el despliegue de tropas terrestres.