Este acuerdo se centra en áreas estratégicas como la competencia, asuntos jurisdiccionales, propiedad industrial, metrología legal y protección al consumidor.

Según Rusinque, el objetivo es “construir un gran mercado interconectado basado en la confianza, el intercambio de conocimientos y la aplicación de regulaciones modernas, transparentes y eficaces”. Esta firma se produce después de que Colombia formalizara su adhesión a la Ruta de la Seda en mayo, una estrategia global impulsada por China desde 2013 para mejorar la conectividad y cooperación a través de proyectos de infraestructura y comercio.

Sin embargo, este acercamiento ha generado preocupación en Estados Unidos.

Los senadores estadounidenses Rubén Gallego y Bernie Moreno, durante una visita a Colombia, advirtieron sobre los riesgos de estrechar lazos con China, un “competidor estratégico” de Washington, y señalaron que otros países que se unieron a la iniciativa “se han terminado arrepintiendo”.