La fractura interna entre Morales y Arce debilitó aún más a la izquierda, que presentó candidaturas separadas y obtuvo resultados marginales.

Morales, inhabilitado para postularse y enfrentando una orden de detención, llamó a sus seguidores a anular el voto, lo que se reflejó en un alto porcentaje de votos nulos y en blanco, cercano al 22 %. El empresario Samuel Doria Medina, quien figuraba como favorito en las encuestas, quedó en tercer lugar y anunció su apoyo a Paz para la segunda vuelta, consolidando un frente opositor al MAS.