Líderes europeos, incluyendo a Francia, Alemania y el Reino Unido, emitieron una declaración conjunta apoyando los esfuerzos diplomáticos, pero subrayando que cualquier acuerdo debe respetar la soberanía ucraniana y estar precedido por un alto el fuego. Por su parte, Hungría, a través de su ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, calificó las negociaciones como un "alivio", expresando la esperanza de que el encuentro personal entre Trump y Putin devuelva la paz a Europa Central. La cumbre se produce en un contexto de alta tensión, donde EE. UU. ha incrementado la presión arancelaria sobre India para que deje de comprar petróleo ruso, principal fuente de financiación de la guerra para el Kremlin.