Esta sanción comercial ha generado una fuerte reacción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien afirmó que no se "humillará" y que buscará una respuesta coordinada con los países del bloque BRICS.
El gobierno de Lula expresó su "profunda indignación" a la embajada de EE. UU. por las presiones ejercidas sobre el juez Moraes, en un contexto de creciente tensión entre ambas naciones. La situación de Bolsonaro y la guerra comercial con Estados Unidos colocan a Brasil en un escenario de alta complejidad política y económica.













