Su defensa ha calificado la decisión de "cobarde" e "inmoral" y ha solicitado la destitución del magistrado. La situación ha escalado a nivel internacional, ya que el expresidente estadounidense Donald Trump ha calificado el juicio como una "cacería de brujas" y ha impuesto sanciones arancelarias a Brasil, así como sanciones directas al juez de Moraes. El senador Flávio Bolsonaro, hijo del exmandatario, afirmó que la medida judicial es una "venganza" por las sanciones de EE.

UU.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha calificado la intervención estadounidense como "inaceptable" y ha anunciado que buscará una respuesta coordinada con los BRICS frente a los aranceles. Bolsonaro, quien enfrenta una posible pena de más de 40 años de prisión, se encuentra ahora con una tobillera electrónica y con prohibición de recibir visitas no autorizadas, aunque se le ha permitido el contacto con su familia.