El gobierno ha declarado alerta roja y recibe apoyo aéreo de Francia, Italia y Alemania.
En Italia, las islas de Cerdeña y Sicilia, junto con la región de Calabria, luchan contra fuegos activos mientras las temperaturas superan los 44 °C. Las autoridades investigan la posibilidad de que algunos incendios hayan sido provocados. España también se ve afectada, con más de 12.000 hectáreas calcinadas en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, donde los fuertes vientos complican las labores de extinción. En Francia, un incendio cerca de Narbona se ha convertido en el peor del verano, arrasando más de 17.000 hectáreas, causando una muerte y afectando 36 viviendas. La Unión Europea ha activado su Mecanismo de Protección Civil para coordinar el envío de aviones apagafuegos y otro tipo de ayuda a los países afectados. Organismos como la ONU y diversas ONG ambientales han alertado sobre la clara relación entre la crisis climática y el aumento en la frecuencia e intensidad de estos incendios, exacerbados por la sequía prolongada y los vientos secos.