Según Jartum, se cuenta con documentos que prueban esta intervención, los cuales serán presentados ante la ONU.

Por su parte, un funcionario emiratí negó las acusaciones, calificándolas de "totalmente falsas" y parte de una "campaña de desinformación". El presidente de Colombia, Gustavo Petro, reaccionó con dureza, calificando el mercenarismo como una "trata de hombres convertidos en mercancías para matar". Petro ordenó a la embajada en Egipto averiguar el número exacto de víctimas y gestionar la repatriación de los cuerpos. Además, solicitó un mensaje de urgencia para un proyecto de ley que busca prohibir esta práctica.

Los artículos señalan que exmilitares colombianos, con experiencia en el conflicto interno, han participado en guerras en Ucrania, Haití y Afganistán, a menudo atraídos por promesas de altos salarios. La ONU ha confirmado informes sobre la presencia de combatientes colombianos en Darfur, donde, según denuncias, han llegado a tomar el control de campamentos de desplazados.