El presidente Donald Trump declaró que los aranceles indios son “demasiado altos” y “ya no aceptables para los Estados Unidos”, marcando una nueva escalada en su estrategia arancelaria global.
Además de la tasa del 25 %, Trump advirtió sobre sanciones adicionales no especificadas contra Nueva Delhi por su continua relación comercial con Moscú, la cual, según Washington, ayuda a financiar la guerra en Ucrania.
India y Rusia mantienen una estrecha alianza, y el gobierno indio no ha respaldado las sanciones occidentales contra el Kremlin.
La decisión pone en jaque una relación comercial que superó los 90.000 millones de dólares en importaciones el año pasado, afectando productos clave como químicos, agrícolas y metales. La medida también impacta directamente a gigantes tecnológicos como Apple, que recientemente trasladó parte de su producción de iPhones a la India para diversificar su cadena de suministro fuera de China. Tim Cook, director ejecutivo de Apple, había anticipado que la mayoría de los iPhones vendidos en EE. UU. provendrían de la India a partir de este trimestre, una estrategia que ahora enfrenta un obstáculo significativo. La imposición de aranceles se produce dos días antes de que venza el plazo para un nuevo acuerdo comercial bilateral, una fecha que Trump calificó como “firme” y no extensible.