La alerta se extendió rápidamente a nivel internacional.

En Japón y Hawái se ordenaron evacuaciones inmediatas en zonas costeras, y las sirenas de tsunami sonaron en Honolulu. En América Latina, países desde México hasta Chile activaron sus protocolos de emergencia. En Colombia, el presidente Gustavo Petro ordenó la evacuación preventiva de playas y zonas de bajamar en los departamentos de Chocó y Nariño, tras confirmar un “leve crecimiento” de la ola a su paso por la isla de Malpelo. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) emitió una alerta roja inicial que luego fue rebajada a advertencia, prohibiendo actividades marítimas y el ingreso a parques naturales costeros. Con el paso de las horas, países como Japón, Hawái y Colombia cancelaron la alerta principal, aunque mantuvieron la advertencia por oleaje anómalo y corrientes fuertes durante las siguientes 24 horas, mientras la situación volvía gradualmente a la normalidad.